martes, octubre 31, 2017

Enseñar a los niños a resolver conflictos en 6 pasos

Enseñar a los niños a resolver conflictos en 6 pasos


Enseñar a resolver conflictos: Los conflictos son aquellas situaciones o circunstancias que implican un problema o dificultad. Un conflicto puede ser con uno mismo, individual o con varias personas. Los conflictos suelen dar lugar a emociones negativas, pudiendo provocar discrepancia, tensión y enfrentamientos.

Es fundamental enseñar a los niños a resolver sus conflictos de un modo positivo, podemos cambiar su manera de ver el conflicto, empezar a verlo como algo positivo y aprender del mismo. Enseñar a los niños a resolver conflictos es proporcionarles una oportunidad de aprendizaje muy valiosa.



¿Qué beneficios aporta enseñar a los niños a resolver conflictos?

Enseñar a los niños a resolver conflictos aporta importante beneficios, se convierte en una herramienta de aprendizaje y desarrollo muy valiosa. A través del conflicto situamos al niño en una situación ideal de aprendizaje donde tendrá que idear soluciones y seleccionar la más adecuada y ponerla en marcha. A través de los conflictos:
  • ·         Desarrollamos las habilidades sociales del niño.
  • ·         Entrenamos su capacidad de empatía.
  • ·         El niño aprende competencias básicas de negociación, escucha y dialogo.
  • ·         Aprenden a tomar decisiones.
  • ·         Desarrollan la capacidad de enfrentarse a las dificultades.


Por todo ello es muy importante enseñar a los niños a resolver conflictos. Cuando les evitamos los conflictos no dejamos que desarrollen estrategias para su resolución y les privamos de una importante experiencia de aprendizaje. Es imprescindible por lo tanto enseñar a los niños a resolver conflictos.


¿Cómo podemos enseñar a los niños y niñas a resolver los conflictos?


1.   Haz de ejemplo. Ante cualquier conflicto que se presente, como adultos, con los pequeños o con otros adultos.

2.    Favorece la comunicación en el niño o niña. Es importante no llegar al extremo opuesto a los golpes y rabietas. El pequeño ha de saber exponer su punto de vista y saber resolver las situaciones que no le gustan.

3.    Simula situaciones en casa. Puedes utilizar conflictos reales que tenga el niño o inventarlos. Cualquier conflicto con un compañero de clase vale, etc.

4.    Utilizar los conflictos que surjan en el hogar. En una familia es normal que surjan muchos conflictos. Cuando alguno surge podemos emplearlos para enseñar al niño o niña como actuar. En lugar de simplemente reñirle, explicarle lo que debe hacer la próxima vez.

5.    Da diferentes opciones. Ofrece diferentes opciones (dos o tres opciones) y deja que el niño decida.No se trata de castigar al niño, es importante que no lo vean como un castigo. Dialogamos con ellos y les damos opciones, es importante que aprendan que sus actos tienen unas consecuencias. Ante un conflicto entre las diferentes opciones que podrán escoger habrá unas consecuencias.

6.    Practica los siguientes pasos para solucionar conflictos con ellos:

– Identifica el conflicto.
– Expresa como te sientes. 
– Expresa las necesidades de ambas partes. 
– Crea con ellos una lluvia de ideas.
– Piensa y razona con ellos, las ventajas e inconvenientes de cada opción. Las cosas malas y buenas.
– Elige entre todos la opción que parece mejor.
– Lleva a cabo la solución escogida y una vez hecho, valora lo ocurrido.


Lea más en https://www.educapeques.com/escuela-de-padres/ensenar-ninos-resolver-conflictos.html#prCY1Bd7PrzpKQG7.99



lunes, octubre 30, 2017

Resolución de conflictos con inteligencia emocional

Resolución de conflictos con inteligencia emocional

El término Inteligencia Emocional se refiere a la capacidad humana de sentir, entender, controlar y modificar estados emocionales en uno mismo y en los demás.
Como sabéis especialmente los abogados, está muy extendida la idea de considerar a los conflictos como algo negativo, asociado a la agresividad e irritabilidad,"tengo un problema gravísimo abogado". Por el contrario, dependiendo de la mirada del conflicto, hay otros tantos que pueden llegar a ser positivos: estos pueden ser una experiencia positiva, generadora de nuevas ideas o soluciones y a la vez catalizadora de cambios. Porque el conflicto no es en si mismo un problema. Hace días, un amigo separado me decía: "Jorge, te lo digo de verdad. Con mi separación me he liberado de muchas cosas. Quiero cambiar mi manera de ver y hacer las cosas a partir de ahora".
La cuestión es como se afronta la situación conflictiva. El buen manejo del conflicto es también mirar el vaso medio lleno y no medio vacío. Muchos de nosotros perdemos mas energía evitando o suavizando las diferencias que si habláramos abiertamente de ellas. Esto es inteligencia emocional. Bien guiado y valorado, el descontento creativo reduce tiempo, energía y ansiedad que se suele perder en disputas destructivas, maniobras secretas, falsas suposiciones, conductas agresivas, continuos malentendidos, y tantas y tantas otras. 
Las personas que quieren afrontar adecuadamente situaciones conflictivas son principalmente, grandes negociadores. Como vosotros, abogados. Sois personas con elevada inteligencia interpersonal, que sabéis encontrar los puntos de equilibrio, donde las dos partes salen ganando y quedan satisfechas, habiendo pasado por el menor nivel de fricción posible. En este sentido, el equilibrio emocional es la piedra angular de cualquier táctica de resolución de conflictos.
En la práctica diaria de la abogacía, la inteligencia emocional nos puede sacar de innumerables conflictos, trabajando:
La conciencia de uno mismo: Se refiere al conocimiento de nuestras propias emociones y como nos afectan, Es importante conocer el modo en el que nuestro estado de animo influye en nuestro comportamiento, cuales son nuestras fortalezas emocionales y cuáles nuestras áreas de mejora. 
Regularnos y autocontrolar nuestras emociones: El autocontrol nos permite no dejarnos llevar por los sentimientos del momento. Es saber reconocer qué es pasajero en una crisis y que perdura.Una idea, fija tu atención a los objetivos, y no a los obstáculos.
Actuar de forma positiva y optimista: ¿vaso medio lleno o medio vacío, tú eliges ... 
Y cómo no, saber reconocer las emociones de los demás: saber interpretar las señales que los demás emiten de forma consciente y especialmente inconsciente es vital en un trabajo como el del abogado. El reconocer las emociones ajenas, aquello que los demás sienten y que se puede expresar por la expresión de la cara, por un gesto, por una mala contestación, nos puede ayudar a identificar y establecer mejores relaciones con las personas de nuestro entorno. Reconocer las emociones ajenas es el primer paso para entenderlas e identificarnos con ellas.

http://www.legaltoday.com/gestion-del-despacho/rrhh/articulos/resolucion-de-conflictos-con-inteligencia-emocional

viernes, octubre 27, 2017

Una solución que guste a las dos partes. Parte2

¿Cómo se manejan los conflictos?

Formas inadecuadas.

  • Provocar soluciones extremas como la represión que lo cubre sin resolverlo, olvidando que enterrar un sentimiento intenso es como enterrar a un vivo.
  • Convertir los conflictos sobre cosas o cuestiones en conflictos personales.
  • Utilizar mecanismos de defensa como la negación del conflicto, la excesiva racionalización o desplazarlo a otras personas.
  • Adoptar actitudes dogmáticas que y rígidas que anulan toda posibilidad de diálogo.
  • Utilizar la táctica de negociar al "todo o nada", en lugar de buscar puntos intermedios.
  • Etiquetar al otro de tal manera que se considera imposible la posibilidad de que cambie.
  • Utilizar el monólogo disfrazado de diálogo. La persona se escucha a sí misma en lugar de a los otros.
  • Pretender resolver los conflictos sin haberlos identificado bien previamente.
  • Confundir confusión con polémica. Discutir es razonar para aclarar y polemizar es luchar para ver quién gana.
  • Dramatizar las situaciones conflictivas exagerando situaciones y ver catástrofes donde no las hay. Lo cual induce a caer en manos de las emociones y a que se produzcan reacciones viscerales.
En resumen: cuando se utiliza el método "yo gano-tú pierdes" las personas se terminan encerrando en sus posiciones tercas, no se quiere perder porque se ven deslegitimados los propios argumentos y aspiraciones, surgen los resentimientos cuando los que pierden se sienten doblegados y perciben que sus peticiones no han sido escuchadas. La derrota llama a la revancha porque el que pierde no se resigna al silencio. Los ganadores logran salirse con la suya pero no logran comprometer a los perdedores con los objetivos que querían acometer. Han vencido pero no han convencido.

Formas adecuadas de manejar los conflictos.

  • Actitudes
    • Aceptar que el conflicto es parte de la condición humana, que es un estímulo para el desarrollo, que favorece el progreso y los cambios y que hay que aprender a convivir con él.
    • Afrontar los conflictos más que evitarlos.
    • Evitar atribuir los conflictos a la mala voluntad de la gente. Aceptar las diferencias personales y no convertir los conflictos de situaciones en conflictos personales.
    • Aprender a dialogar cultivando la empatía escuchando y entendiendo al otro.
    • Distinguir entre discusión y polémica. Aceptar que quien dialoga asume el riesgo de ser persuadido y de tener que cambiar sus ideas o actitudes.
    • Fomentar la actitud mental de que un conflicto se resuelve mejor con el "ganar-ganar" que con el "ganar-perder".
    • Encauzar la agresividad evitando los dos extremos: reprimir o explotar. Dar oportunidades a que se produzcan desahogos, expresando los propios sentimientos.
  • Técnicas
    • Analizar los problemas.
    • Diagnosticar el problema tras formularse una serie de preguntas
    • Buscar todas las alternativas de acción con verdadero deseo de mejorar las cosas.
    • Sustituir las expresiones "TÚ" ("Tú no me haces caso", "Tú te crees el amo", "Tú siempre quieres tener razón") por las expresiones "YO"("Yo me siento marginada", "Yo me siento triste con estas situaciones")
    • En casos especiales recurrir a la mediación de personas por las partes en conflicto.
    • Utilizar técnicas de relajación para conducir las discusiones con serenidad.
En resumen, con el método "Todos ganan" ambas partes participan en la propuesta de alternativas. La persona no se satisface a cuenta de que la otra quede insatisfecha. Ambos se esfuerzan por encontrar soluciones que satisfagan a los dos. Los conflictos bien gestionados ayudan a crecer, a estimular las habilidades de negociación y terminan fortaleciendo la relación interpersonal.

 http://revista.consumer.es/web/es/20040301/interiormente/68165.php

jueves, octubre 26, 2017

Una solución que guste a las dos partes. Parte1

Una solución que guste a las dos partes

El conflicto es un hecho natural en nuestra vida. Hay conflictos entre padres e hijos, parientes políticos, jefes y subalternos, compañeros de trabajo, socios, amigos...

¿Quién no ha tenido experiencia de lo que es un conflicto? Se habla de personas conflictivas y de situaciones conflictivas, pero el conflicto es la esencia misma de la vida. Nos lo encontramos a cada momento. Ahora bien, se convierte en un problema cuando se convierte en norma o hábito, cuando caracteriza el conjunto del comportamiento. Si el conflicto ocupa una parte tan importante de nuestra vida, la habilidad que mostremos en gestionarlo reviste una gran importancia para nuestro equilibrio personal e incluso para nuestra calidad de vida.

La palabra conflicto en su origen significa choque

Hasta en las relaciones más amistosas y placenteras surgen ocasionalmente los choques. Hay un conflicto interpersonal cuando alguien encuentra en el comportamiento de los demás un obstáculo que se interpone para el logro de los propios objetivos. En la medida en que las personas tenemos historias personales diferentes y, por lo tanto, deseos, opiniones y necesidades diferentes es normal que haya comportamientos diferentes y por tanto choques, debates y colisión de intereses. 

En esas situaciones hacemos valer nuestras necesidades e intereses del mismo modo que las otras personas hacen valer los suyos. La fuerza de esos intereses es la que determina la intensidad del conflicto y que la posición sea conciliable o no.

¿Cómo nacen los conflictos entre personas?
  • Por la subjetividad de la percepción. Las personas captamos las situaciones de una forma muy diferente. Por mucho que pretendamos ser objetivos, la distorsión es difícilmente evitable.
  • Por una información incompleta. Hay juicios y opiniones que se emiten conociendo sólo una parte de los hechos.
  • Por fallos en la comunicación interpersonal. Porque el emisor no emite en condiciones, porque el código (palabras, gestos...) no es el adecuado o porque el receptor no sabe, no puede o no quiere descifrar el mensaje. Y, además, casi siempre las palabras son insuficientes para transmitir los pensamientos.
  • Por diferencias de caracteres.
  • Por la pretensión de las personas de igualar a los demás con uno mismo. Esa dificultad que se suele tener de aceptar a las personas como son, sin juzgarlas. Dificultad simplemente para "dejarlos ser".
Thomas Gordon, en una obra titulada "La docena sucia" expone algunas de las actitudes que provocan conflictos:
  • Ordenar, dirigir, mandar, imponer. Lo cual produce en las otras personas miedo, resistencia, rebeldía o actitudes defensivas. A menudo los individuos se sienten rechazados si sus necesidades personales han sido ignoradas y se sienten humillados si tales conductas se dan delante de los demás.
  • Amonestar, amenazar. Pueden lograr que el otro obedezca pero será sólo por temor
  • Moralizar, sermonear, crear obligación. Su intención es que el otro se sienta culpable, obligado y atado. Las personas sienten la presión de tales mensajes y frecuentemente se resisten y desatienden.
  • Aconsejar, dar soluciones. No es verdad que la gente siempre quiere un consejo. El consejo, la advertencia, implican "superioridad" y pueden provocar que el otro se sienta inadecuado o inferior. El consejo puede hacer al otro un ser dependiente, no promueve su propio pensamiento creativo.
  • Persuadir con lógica, argüir, sentar cátedra. La persuasión frecuentemente hace que el otro defienda su propia posición con mayor fuerza. El hecho de tener la lógica de nuestro lado no trae siempre consigo una mayor obediencia o un asentimiento de los demás.
  • Juzgar, criticar, censurar. Más que ningún otro mensaje, éste hace que la persona se sienta incómoda, incompetente o tonta.
  • Ridiculizar, avergonzar. Tales mensajes tienen un efecto devastador porque destruyen la imagen que el otro tiene de sí mismo.
  • Interpretar, analizar, diagnosticar. Decirle al otro qué es lo que realmente está sintiendo, cuáles son sus verdaderos motivos o por qué está actuando de tal manera, puede ser muy amenazante. Hacer el papel de psicoanalista con los demás es peligroso y frustrante para ellos. Las interpretaciones frenan la comunicación porque desaniman al otro a expresar más de sí mismo.
  • Preguntar, interrogar, sondear. La respuesta de las personas al sondeo o interrogatorio es a menudo sentirse en el banquillo de los acusados. Muchas personas sienten que el interrogador es un entrometido. Las preguntas restringen de forma drástica la cantidad de información que podrían dar los demás si solamente se les animara a que hablaran de forma espontánea.
  • Distraer, desviar, hacer bromas. En general somos muy serios cuando hablamos de algo personal. Cuando nos responden bromeando esto puede hacernos sentir heridos o rechazados. Y la consecuencia es el silencio y el bloqueo.
¿Qué repercusiones tiene el conflicto?

El conflicto puede generar tanto consecuencias negativas como positivas.

  • Cuando el conflicto se enquista y es duradero se almacena presión que puede ser fuente de violencia.
  • En la medida que origina frustración produce hostilidad y resentimientos contra el otro.
  • Puede llegar ser la causa de aumento de la ansiedad y de múltiples síntomas psicosomáticos, como dolores de cabeza, insomnio, etc.
  • El conflicto estimula defensas individuales y por eso aumenta la capacidad de los individuos para afrontar situaciones.
  • Ayuda a que se consolide el realismo en las personas en la medida que a lo largo de la vida se va percibiendo que la realidad es terca y los choques van colocando a cada cual en su lugar, de tal manera que se terminan estableciendo los propios límites y el respeto a los derechos ajenos.
  • Cuando los conflictos son de un grupo contra otro, los grupos se cohesionan internamente.

http://revista.consumer.es/web/es/20040301/interiormente/68165.php

miércoles, octubre 25, 2017

Métodos para la resolución de conflictos laborales

Métodos para la resolución de conflictos laborales

Todo entorno que contenga una interacción humana es susceptible de enfrentar conflictos. En ese sentido, es normal que en una empresa se presenten situaciones que amenazan con desestabilizar el ambiente laboral y afectar la cultura de la organización.
Son estas situaciones las que desencadenan los conflictos laborales, que pueden ser entendidos como enfrentamientos entre dos o más partes derivados de múltiples causas, incluyendo desacuerdos, intereses contrarios, opiniones divergentes o falta de empatía entre los involucrados.
Para entender la naturaleza de un conflicto es imprescindible identificar la raíz del problema y reconocer a los implicados en el mismo, con el fin de establecer la forma en que será manejado para llegar a un acuerdo efectivo.
Los conflictos pueden clasificarse como funcionales (en los que se presenta disposición al diálogo y a la resolución, procurando el bienestar de la organización) o disfuncionales (en los que se afecta la productividad y el buen desempeño de los trabajadores, poniendo en riesgo la estabilidad de la empresa).
En un conflicto funcional el líder ejerce como mediador y toma una posición neutral que llama a la conciliación y a la búsqueda de acuerdos. La buena gestión de los conflictos puede convertirse en un motor de cambio para la organización y en una oportunidad de mejora.

Métodos para resolver los conflictos laborales

  • Negociación: es la búsqueda de una salida pacífica a un conflicto por medio de la argumentación y de la cooperación entre las partes. En la negociación se busca elaborar una propuesta conjunta que ponga fin al impasse.
  •  Arbitraje: es un mecanismo por el cual los involucrados asignan a un tercero conocido como árbitro para que dé solución a su disputa o enfrentamiento. La resolución arbitral debe ser acogida de forma voluntaria por ambas partes.
  •  Mediación: es un tercero ajeno a las partes que asume una posición neutral en pro de la eliminación de la controversia.
El mediador cumple la función de acercar a los protagonistas del conflicto y acompañarlos en la exploración de una solución.
  •  Conciliación: es un recurso alternativo en el que dos o más personas intentan arreglar las discrepancias, de forma autónoma y con todas las garantías legales, asistidos por un tercero llamado conciliador.
  •  Amigable composición: mecanismo alternativo mediante el cual dos o más personas le encomiendan a uno o varios terceros que actúan como sus mandatarios, la solución del conflicto que los enfrenta. Estas personas se denominan Amigables Componedores y cuentan con un reconocido prestigio, trayectoria y solvencia moral para decidir la forma en que deben resolverse las controversias.

Recomendaciones para la gestión de conflictos

El liderazgo es la capacidad de guiar a los demás hacia el cumplimiento de objetivos comunes y de orientar las relaciones humanas para crear un entorno respetuoso, amigable y ameno, que facilite la productividad y la sana convivencia.
De ahí que el empresario antes de asumir su rol jerárquico debe cumplir las labores del líder que ayuda a su equipo a resolver los conflictos y a crecer conjuntamente. Estas son las principales recomendaciones para lograrlo:
  •  No ignore las señales de un inconformismo o situación tensa entre dos o más personas de su organización.
  • Lo mejor es encarar el problema de forma directa antes de que su desenlace afecte a la empresa.
  •  Evite asumir una posición en beneficio de alguno de los involucrados.
  • Como líder le corresponde ser imparcial al momento de enfrentar cualquier controversia.
  •  Tome acciones preventivas luego de identificar las posibles causas de un conflicto entre los miembros de la empresa. La prevención puede evitarle muchos dolores de cabeza en el futuro.
  • Un líder no solo escucha a todos los implicados en un problema, también se encarga de visualizar posibles salidas pacíficas y consensuadas.
  •  Procure que en los momentos de tensión predomine el diálogo, el respeto y la tolerancia.
  •  Identifique las causas del conflicto y las personas que pueden estar generando de forma recurrente malestar en el equipo de trabajo.
Lo más importante es estar preparado para una situación conflictiva y convertir los inconvenientes en oportunidades de mejora. Recuerde utilizar un lenguaje positivo y una comunicación asertiva con los empleados en todo momento.
http://herramientas.camaramedellin.com.co/Inicio/Buenaspracticasempresariales/BibliotecaTalentoHumano/Metodosparalaresoluciondeconflictoslaborales.aspx

martes, octubre 24, 2017

Resolución de Conflictos

Resolución de Conflictos

No neguemos la evidencia: el conflicto es un rasgo inevitable. Tan sólo es necesario abrir un periódico o ver las noticias en televisión para embeberse de ellos. A diario nos vemos obligados a lidiar con conflictos de relación, de información, de intereses, estructurales, o de valores. 
Ahora bien, debemos desterrar la connotación negativa relacionada con algo destructivo para asumir una visión constructiva del conflicto. Cuando aceptemos que los conflictos son la raíz del cambio personal y social, además de que impulsan el establecimiento de identidades individuales y grupales, entonces podremos beneficiarnos de una resolución de conflictos positiva. Esto aumentará la probabilidad de alcanzar soluciones provechosas en los conflictos futuros
El ser humano se caracteriza por la versatilidad, y, en este campo, la mantiene manifestando distintos estilos de afrontamiento ante situación problemáticas. Incluso, somos capaces de variar nuestro comportamiento a medida que las circunstancias de un conflicto varían, adaptándonos a la nueva realidad.
Se consideran cuatro estilos principales de afrontamiento:
  1. Evitación.
Conlleva, inevitablemente, la no negociación. No existe interdependencia entre las partes puesto que una de ellas niega el problema. Baja preocupación por la relación y los resultados.
  1. Acomodación.
Utilizada cuando el objetivo principal del intercambio es construir o fortalecer una relación. Se considera una variante de la evitación. Alta preocupación por la relación y baja por los resultados.
  1. Competición.
Percibe el conflicto como una relación de pérdida-ganancia. Es posible que ambas partes mantengan sus opiniones inamovibles dando lugar a un desacuerdo continuo. Baja preocupación por la relación, alta por los resultados.
  1. Solución del problema.
Las dos partes perciben el conflicto como una parte natural en las relaciones humanas. Buscan una solución que satisfaga todos los bandos, ganancia-ganancia. Alta preocupación por la relación y los resultados.
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Modificar el patrón de comportamiento se torna, pues, una ardua tarea, pues requiere un gran trabajo personal de reajustes mentales. No obstante, desde este espacio, proponemos tres estrategias desde los que se debe producir el cambio de manera simultánea.
TOMAR CONCIENCIA
Se refiere a reflexionar sobre nosotros mismos, nuestra conducta de afrontamiento, nuestros sentimientos y reacciones. Confrontar con nuestro “yo” más profundo e íntimo derivará en el hallazgo de nuevos modos de identificar distintas alternativas de respuesta a los problemas.
BUENA DISPOSICIÓN
Esta transformación exige un compromiso personal y mucha buena voluntad para que se desarrolle la renovación a varios niveles que se condensan en las siguientes premisas:
  1. Experimentar y madurar nuevos modos de acercamiento al conflicto.
  2. Examinar y, probablemente, modificar parte de nuestro sistema de creencias.
  3. Ser flexibles a la hora de enfocar nuestro papel dentro de él de un modo completamente diferente.
  4. Realizar un ejercicio de humildad que se traduce en permanecer abiertos a la crítica constructiva de los otros.
HABILIDADES
Consideramos tres aptitudes que se deben entrenar con insistencia para lograr ser competentes en la resolución de conflictos:
  1. Conseguir enviar un mensaje en el que se expresen, claramente, sentimientos y necesidades.
  2. Escuchar eficazmente.
  3. Optar por el enfoque adecuado según la situación planteada.
En definitiva, siendo el conflicto un fenómeno ubicuo y universal, procedamos a sacarle el máximo rendimiento en virtud de nuestro bienestar, lo que, sin duda, favorecerá el crecimiento de una sociedad más saludable. Por tanto, prescindamos de los mensajes negativos recibidos al respecto, revisemos nuestras propias experiencias y examinemos el ciclo con las generaciones futuras con el objetivo de que nuestras actitudes y creencias sean las adecuadas a la hora de emitir una respuesta ante este tipo de tesituras


https://psicologia.laguia2000.com/psicologia-social/resolucion-de-conflictos

lunes, octubre 23, 2017

Los 8 tipos de conflictos familiares y cómo gestionarlos

Los 8 tipos de conflictos familiares y cómo gestionarlos
Las discusiones y las disputas en la familia pueden llegar a ser una gran fuente de malestar.

El término familia comprende a un grupo de personas integrado por personas unidas por relaciones filiales, es decir, padres, hijos y hermanos o por vínculos de pareja. Este sistema es comprendido como una totalidad abierta, en la que todos los componentes están estrechamente relacionados.

Debido a esta estrecha e íntima relación, la conducta de cualquiera de ellos puede afectar a la dinámica de la familia. Como es natural, las disputas y conflictos familiares forman parte de estas dinámicas. Sin embargo, existen diferentes tipos de conflicto familiar; según el tipo de vínculo entre las personas o según la causa que lo origine.

Discusiones y disputas en la familia

Los conflictos o disputas constituyen un elemento inseparable del hecho de vivir en sociedad, dado esta está compuesta por muchos y diferentes individuos con diversas opiniones y formas de pensar. Además, un conflicto bien gestionado se establece como un medio para la el desarrollo y progreso, por lo que es necesario afrontarlo para poder aprender de él.

Evidentemente, el conflicto familiar es algo natural, puesto que en la convivencia de los miembros de una unidad familiar, con diferentes edades, pensamientos y formas de ver la vida el conflicto es algo inevitable. No obstante, lo fundamental no es evitar el conflicto a toda costa, puesto que eso es imposible, sino evitar la escalada de agresividad y manejarlo de forma inteligente y asertiva.

En el momento en el que en una familia o unidad familiar aparece un conflicto, aparece también una inestabilidad que puede acarrear frustraciones y preocupacionesdesmesuradas en algunos miembros. Además, pueden comenzar a resurgir antiguos problemas que no fueron solucionados y que solamente contribuyen a hacer la bola del conflicto más grande.

Cualquier clase de crisis familiar requiere de la cooperación de todos los integrantes, así como de una transformación y adaptación a una nueva situación; puesto que durante una disputa familiar las reglas impuestas en el contexto familiar se vuelven inciertas y es necesario volver a trabajar en ellas.

Tipos de conflictos familiares
Existen varias formas de categorizar los diferentes tipos de conflictos familiares. Esta categorización puede ir en base al tipo de relación que existe entre los agentes implicados en la disputa o en base al foco o causa del conflicto.

1. Tipos de conflictos familiares según el tipo de relación
Dependiendo del tipo de relación o parentesco que exista entre los miembros de la familia se pueden diferenciar cuatro tipos de conflictos familiares.

1.1. Conflictos de pareja
Es irremediable que surjan disputas o crisis en el contexto de pareja; sin embargo, si las personas son capaces de manejarlos de manera adecuada estos conflictos pueden servir para favorecer el refuerzo del vínculo de pareja.

Habitualmente estas dificultades surgen de forma natural a raíz de problemas de comunicación o de malos entendidos. Las causas más comunes de los conflictos cotidianos en la pareja son:
  • Problemas de comunicación: expresiones incorrectas, reproches, discurso emocional, insultos, etc.
  • Sensación de pérdida de libertad y autonomía por parte de uno de los miembros de la pareja.
  • Tratar de cambiar la manera de ser de la otra persona.
  • Falta de habilidades de resolución de problemas.
1.2. Conflictos entre padres e hijos
Según la etapa del desarrollo en la que se encuentren cada uno de las partes implicadas en el conflicto se pueden subdividir en tres categorías:
  • Conflictos durante la etapa infantil: los conflictos suelen girar en torno al desarrollo de la autonomía del niño. En estos casos o bien los padres no tiene claro cómo conceder esa autonomía, o bien no creen que el hijo se esté orientando hacia la dirección que ellos creen correcta.
  • Conflictos durante la adolescencia: es la etapa en la que mayor número de conflictos surgen. Estos aparecen cuando los hijos tienen entre 12 y 18 años y vienen dados por las fluctuaciones o altibajos emocionales propios de este período.
  • Conflictos con hijos adultos: cuando los hijos alcanzan la mayoría de edad supone el comienzo de la convivencia entre personas ya adultas. Las cuales suelen tener diversas maneras de pensar y de entender cómo vivir u organizar su vida, por lo que esta época también es susceptible de provocar algunos conflictos familiares.
1.3. Conflictos entre hermanos
Este tipo de conflictos son de los más habituales y los que más perduran independientemente de la etapa vital en la que se encuentren cada uno de ellos. Estos altercados suelen mantenerse durante muy poco tiempo y la mayoría de las veces no es obligatoria la intromisión de los padres.
La cara positiva de este tipo de conflictos es que constituyen un preludio de los conflictos que pueden aparecer en la edad adulta, y por lo tanto sirven de iniciación y aprendizaje para la vida adulta.

1.4. Conflictos con la tercera edad
Cuando una persona adulta ingresa en la etapa de la tercera edad los cambios que experimenta son sumamente trascendentales. Tanto a nivel biológico, cuando la persona advierte el propio deterioro corporal; como a nivel social, en el que aparecen acontecimientos como la jubilación, la pérdida de amistades o seres amados, etc.

Este conjunto de cambios pueden ser experimentados de manera muy dramática por la persona, dando lugar a conflictos con el resto de componentes del núcleo familiar.

2. Según el foco del problema
Estos conflictos se categorizan según la fuente o foco del problema, y aunque se describen de forma separada pueden darse más de un tipo al mismo tiempo.

2.1. Crisis propias del ciclo vital
Cada cambio o salto de una etapa del ciclo vital a otra suele venir acompañado de algún conflicto, esto es debido una serie de factores como nuevas responsabilidades, asimilación de nuevos roles o acontecimientos como matrimonios, jubilaciones o defunciones.

Si estos conflictos intentan ser neutralizador o son gestionados de forma poco perspicaz, pueden llegar a transformarse en auténticas crisis familiares.

2.2. Crisis externas
El origen de estas crisis se encuentra en la aparición repentina de un acontecimiento inesperado**. Estos acontecimientos abarcan desde la pérdida de un empleo, alguna clase de accidente, el fallecimiento de una persona querida, etc.

Lo que suele caracterizar a estas crisis es la búsqueda de culpables por parte de la persona más afectada, en vez de procurar acostumbrarse a las nuevas circunstancias.

2.3. Crisis estructurales
En esta clase de dificultades se repiten y renuevan antiguas crisis o sucesos, haciendo que los conflictos reaparezcan entre los miembros de la familia.

2.4. Crisis de atención
Estas crisis son propias de unidades familiares en las que residen personas dependientes o desvalidas. En estos casos los conflictos aparecen cuando las personas encargadas de su cuidado ven limitadas o restringidas sus actividades habituales o sus libertades.

Consejos para manejar los conflictos familiares
Es necesario comprender que en una situación de conflicto familiar no todo es negativo. Un conflicto puede suponer una ocasión perfecta para aprender nuevas formas de resolver problemas. Antes que nada hay que identificar las causas concretas del conflicto para así poder trabajar los posibles cambios sobre ellas.

Algunas tácticas o estrategias para manejar las disputas de forma eficaz son:

1. Practicar la escucha activa
Atender plenamente a aquello que el otro está intentando trasladar, así como asegurarse de haber entendido sus demandas y de que la otra persona sea consciente de que se le ha entendido.

2. Vigilar la forma de hablar
Utilizar un lenguaje cuidado y unas expresiones correctas son esenciales para mantener una buena comunicación.

Una buena forma de expresar los sentimientos de una forma adecuada es reemplazando los reproches por manifestaciones de lo que se está sintiendo o de aquello en que la persona se siente lastimada o dolida. Asimismo, es necesario plantear o sugerir soluciones alternativas a los problemas que han causado la crisis.

3. Permitir la intervención de todos los implicados
Es muy frecuente que en cualquier tipo de disputa las personas implicadas se quiten la palabra entre ellas, o que no quieran que algunos de los otros implicados intervengan en la solución del problema.
No obstante, este es un grave error. Puesto que no se debe priorizar a ninguna de las partes implicadas y todas ellas tienen el derecho y obligación de intervenir al mismo nivel.

4. Manifestar afecto
A pesar de estar experimentando una situación de conflicto que puede resultar estresante, es importante continuar expresando muestras de cariño y afecto; ya que estas rebajan los niveles de tensión en las relaciones.

5. Encontrar el lugar y momento idóneo
Debido al componente emocional de los conflictos familiares, en muchas ocasiones las personas tienden a discutir en cualquier momento y lugar. Sin embargo, es mejor posponer la discusión para cuando los ánimos estén más calmados y el contexto acompañe y facilite el diálogo.